08 Abr Reflexiones en pandemia 2

Hoy fui a mi rincón, a mí rincón de pensar. Hacía días que no podía ir y estar en silencio. Fui con Ovis, como siempre. Hoy necesitaba desconectar, abrazar mi bosque. Hoy se escuchaban más los pájaros, hoy se escuchaba más el silencio.
Están siendo días raros, incluso para mí que continuo con teletrabajo, mis ilustraciones, inglés, mis manualidades y mis paseos (al final, con mi rutina).
Se me hace raro por primera vez, en casi once años, estar lejos de casa.
El devenir me preocupa y despreocupa por igual y ese sentimiento es extraño.
Siento pasotismo máximo por la situación, como teniendo la certeza de que todo saldrá bien a pesar de conocer los pasos que se están siguiendo a nivel global, a pesar de las situaciones de muchas.
Me siento agradecida por un lado y en algunos momentos asustada por no poder “controlar nada”. Aunque esto me da que pensar, pues podría intentar alejar ese pensamiento y dejarme llevar, aprender a vivir despacio, sin prisas, sin carreras, sin competir, en el presente.

Y en eso estoy enfocándome, en vivir el día a día, disfrutando de los pequeños regalos que tenemos a nuestro alrededor: el sonido de los pájaros (que ahora en las grandes ciudades podemos escuchar), el aire limpio que se respira, el silencio en la ciudad, la piña con la familia, reconectar con viejas amigas, centrarse en lo verdaderamente importante: la salud, el amor hacia las personas que quieres.
Quizás todo este respiro que nos ha “obligado” a tomar la propia naturaleza nos haga ser más conscientes de lo importante. Quizás a la vuelta de la rutina, seamos un poco más conscientes, más comprensivas y empáticas, más creativas y pensemos más con el corazón.
🎶 Escucho mientras escribo a Fever Ray “Keep the streets empty for me”