Tras mi primer parón creativo, allá por el verano de 2015, La Madriguera; realizó un concurso para seleccionar su nuevo logo. Consistía en un zorro azul. Decidí presentarme y, gracias a ello, mi bloqueo desapareció. Era otoño.
Desde ese momento, a través de mis pinceles sólo salían zorros. Volvieron las tardes de dibujo y acuarela, de silencio y de inspiración.
Septiembre 2015 (equinoccio otoño) en adelante. Acuarela